Un lugar y sus gentes

Estamos ante un espacio excéntrico, que ha vivido largo tiempo de espaldas a los grandes cambios socioeconómicos que se desenvolvían lejos de la “Raya”. La ruralidad, por tanto, se ha visto fortalecida por estas circunstancias geográficas e históricas, y por unos comportamientos socioeconómicos de predominio agrario, fuertemente arraigados en la zona.

Avalan los expertos, que, por todas estas circunstancias, su tardío conocimiento, su difícil visibilidad e incluso, la despoblación sufrida a lo largo de la historia, el yacimiento arqueológico de Siega Verde ha llegado íntegro hasta su descubrimiento oficial por Manuel Santonja, en
1988.

Conviene echar la vista hacia atrás y recordar que muchos lugareños conocían algunas de estas representaciones llamadas “Las pinturas del río”, que dentro del acervo cultural eran atribuidas a mozos, pescadores y pastores. No es de extrañar que quién acompañó a Manuel Santonja hasta el “Caballo del Descubrimiento” fuera un joven pastor de Serranillo, Ángel Hervalejo, que acostumbraba a cuidar sus ovejas en este enclave.

El paraje, y el río Águeda que lo atraviesa, siempre fueron para la gente de este territorio algo cercano, desde su infancia y a lo largo de todas sus vidas. Muchos aprendieron a nadar en sus pesqueras, pozas y caozos, en unos tiempos en que no había piscinas, ni se conocía el mar, ni existían las vacaciones. Este escenario natural privilegiado fue el telón de fondo de muchos momentos especiales en los que disfrutar del descanso en compañía de la familia y los amigos.

Los grabados paleolíticos han sido mudos testigos de innumerables jornadas de pesca, de animadas meriendas, de muchas celebraciones, de innumerables pastoreos e incluso del lavado de la ropa a orillas del río Águeda.

Hoy resultaría interminable el relato de las historias vividas por los lugareños en este ancestral paraje; señas de identidad que deben perpetuarse y seguir siendo construidas en el tiempo.

En esta exposición, con el apoyo de unas cuantas imágenes, queremos mostrar el recorrido de la historia de Siega Verde; declarado, hoy día, Patrimonio de la Humanidad.

Esta muestra formada mediante la aportación desinteresada de material gráfico propiedad de particulares, profesionales e instituciones, pretende convertirse en un documento vivo y continuar creciendo a medida que aparezcan nuevos documentos gráficos que enriquezcan nuestra memoria de vida.

Queremos hacer mención especial a la Diputación de Salamanca, que aporta tres fotografías incluidas en la muestra: “Minuteros. Foto Muñoz y las identidades de La Raya”, realizadas cuando únicamente existían en el entorno unos pocos fotógrafos profesionales que acudían a las fiestas de los pueblos o acontecimientos familiares a inmortalizar rostros, costumbres y gentes.

Entendemos que NO SE ENTIENDE EL FUTURO sin la consciencia de un territorio rural vivo y abierto a los intercambios económicos y sociales, dispuesto a acoger todo tipo de iniciativas que pretendan promover sinergias en el uso y disfrute de los recursos naturales, artísticos y turísticos que encierra, o en la mera contemplación de un paisaje que integra una de las mayores galerías de arte paleolítico al aire libre de toda Europa, es por todo ello por lo que SIEGA VERDE MIRA DECIDIDAMENTE AL FUTURO.

Ocio y esparcimiento

El río Águeda a su paso por el Puente de la Unión servía de nexo de unión de familiares y amigos, además de zona de pastoreo. Aguas arriba estaba el molino de Pedrogordo, que era la zona de baño de referencia de la zona, allí se reunían grupos de amigos para los chapuzones estivales.

También, en determinadas fechas, el río y su orilla servía para celebraciones, ya sea para comer la rosca o bien para comer el rico hornazo.

En la década de los años 70 del siglo pasado, un mesón tuvo su éxito frente al puente, en la margen izquierda, lugar para reponer fuerzas antes y después de los baños. Era el Mesón Siega Verde, posible origen del nombre que posteriormente se le dió al yacimiento arqueológico.

Esta zona, era un lugar de ocio y esparcimiento para la población, una zona donde habían convivido desde siempre con «las pinturas del río» realizadas por los pastores.

Descubrimiento

Durante 1988, Manuel Santonja realizó una investigación arqueológica para la provincia de Salamanca. En octubre de ese año, recorría el río Águeda por sta zona y se encontró con un pastor que residía en Serranillo, Ángel Hervalejo, en el intercambio de la conversación, salió a colación «las pinturas del río» y fueron hacia una roca… Allí habia grabado un caballo, que se denominó «el caballo del descubrimiento».

Investigacion

Durante los años 1990 y 1991 se realizaron 2 investigaciones en el entorno de Siega Verde y hasta el Puente de los Franceses en Puerto Seguro.

Agresion y proteccion

Las publicaciones sobre el descubrimiento y la puesta en valor del yacimiento para el turismo, con la realización de visitas libres, hizo que algunos grabados sufrieran agresiones.

La Junta de Castilla y León opta por dotar al yacimiento con cámaras de videovigilancia y valla su perímetro.

Se rompe el vínculo de las gentes con su zona de baño y esparcimiento.

 

Arte pastoril

No todos los grabados son del Paleolítico Superior, también hay algunos que son contemporáneos, lo que se denominó arte pastoril.

El ser humano siempre ha querido dejar su huella en las rocas, como un pescador que ante el día pésimo que tuvo en su hobby dejó plasmada en la piedra «Mal día de peces» y la fecha con una caligrafía perfecta.

Patrimonio mundial

Para que Siega Verde llegara a ser declarada Patrimonio Mundial se siguió un largo proceso, en el año 2005, la Zona Arqueológica de Siega Verde entró en la Lista Indicativa de España para ser propuesta a Patrimonio Mundial.

Esta lista no es más que un inventario de bienes que pueden ser susceptibles a ser declarados como Patrimonio Mundial y deben estar al menos un año en esa lista.

El Consejo Nacional de Patrimonio Histórico, formado por el Ministerio de Cultura y las comunidades autónomas, reunidas en La Rioja, en Octubre de 2008, decidieron presentar la candidatura de Siega Verde como extensión de la declaración de Patrimonio Mundial del Parque Arqueológico del Valle del Coa (Portugal), obtenida en 1998.

Durante el año 2009 se realizaron las memorias y la evaluación por un miembro del ICOMOS, que visitó el Yacimiento Arqueológico.

El 1 de Agosto de 2010, la UNESCO, en sesión plenaria, decide aprobar la candidatura de la Zona Arqueológica de Siega Verde como Patrimonio Mundial, como extensión de la declaración de Patrimonio Mundial del Parque Arqueológico del Valle del Coa. Esta declaración es la primera denominación conjunta entre 2 paises.

Con Siega Verde, Castilla y León pasa a tener 8 Bienes Patrimonio Mundial declarados por la UNESCO. Siega Verde se une a la catedral de Burgos, las ciudades de Ávila, Salamanca y Segovia, las Médulas, el Camino de Santiago y los yacimientos de la Sierra de Atapuerca.